El 28-octubre-2003 finalizó en CDMX la Conferencia Especial sobre Seguridad y en la tercera sesión plenaria del evento se aprobó la “Declaración sobre Seguridad en las Américas” firmada por los representantes de 34 países del hemisferio, culminando un proceso iniciado en 1998 por la Declaración de Santiago en la cual se encomendó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) efectuar el seguimiento y profundización de los temas relativos a medidas de fomento de la confianza y la seguridad.

Después de un debate intenso entre los intereses de los EUA y las necesidades de los países americanos, menciono algunos aspectos de la Declaración dignos de ser destacados: se descartaron el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca(TIAR) y el Pacto de Bogotá, luego de sus repetidos fracasos y la traición ante el ataque británico en la Guerra de Las Malvinas; se reconoció la importancia del desarme y la no proliferación de armas de destrucción masiva;yelcompromiso de fortalecer el sistema multilateral basado en la Carta de la ONU y sus disposiciones para mantener la paz.

Finalmente, el concepto de Seguridad Multidimensional quedó definido como: “El fundamento y razón de ser de la seguridad es la protección de las personas humanas… las condiciones de seguridad humana mejoran mediante el pleno respeto de la dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas, así como mediante la promoción del desarrollo económico y social, la inclusión social, la educación y la lucha contra la pobreza, enfermedades y el hambre… El concepto y los enfoques tradicionales deben ampliarse para abarcar amenazas nuevas y no tradicionales que incluyen aspectos políticos, económicos, ambientales y de salud.”

Constituyéndose en la OEA una Subsecretaría Adjunta para Seguridad Multidimensional a cargo de un mexicano.

México empezó a aplicar el concepto como la visión estratégica para la administración 2012-2018, partiendo del criterio que, si todas las amenazas y riesgos tienen su origen en múltiples factores y causas, deben ser atendidas por múltiples instancias, estableciéndolo en su Ley de Seguridad Nacional vigente.

Recientemente, hemos vivido una confusión conceptual entre seguridad nacional y seguridad pública, que poco a poco está disipándose en los hechos.

Se está reconociendo que las amenazas a nuestra seguridad nacional son producto de múltiples factores que ya están siendo atendidos por la vertiente exterior de nuestra política de seguridad nacional (Diplomacia), lo que inevitablemente implica la participación de los actores de nuestra vertiente interior (Defensa y Desarrollo).

Sumándose nuestros compromisos con la ONU, sobre los objetivos del Desarrollo Sostenible 2015-2030, sobre “acabar con la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede atrás para el 2030”; los de París, que ratifican formalizando medidas para proteger el medio ambiente y el de Sendai para los desastres naturales, impactando también en las acciones a realizar en nuestra Defensa y Desarrollo.

Tengamos presente la próxima cumbre del clima en Glasgow, del 1-12 de noviembre de 2021.

Todo esto demanda una revisión de las estrategias que garanticen la seguridad nacional para: preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano, posicionándonos en el entorno global mediante la “cooperación nacional e internacional” respetando la soberanía nacional, pacto federal y derechos humanos; recuperar la unidad nacional logrando la participación ciudadana corresponsable; “rescatar” la paz, la independencia y soberanía para toda la nación.

Puntualizar el apoyo de las Fuerzas Armadas en puntos neurálgicos del país “coadyuvando” con las fuerzas policiales, subsidiando las instancias de seguridad pública de los tres órdenes de Gobierno, contener la violencia hasta la total consolidación y reestructuración de las policías; fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas para seguridad interior modernizando sus procesos, sistemas e infraestructura.

Al exterior e interior, participar en mecanismos o iniciativas de seguridad internacional en los principales foros bilaterales, regionales y globales que contribuyan a garantizar la paz y seguridad en México; fortalecer la inteligencia del Estado mexicano para prevenir y contrarrestar riesgos y amenazas a la seguridad nacional.

Para garantizar nuestra seguridad nacional, debemos recuperar nuestro Sistema de Seguridad Nacional que permita alcanzar los objetivos estratégicos, fortalecer las capacidades de generar productos de inteligencia para la toma de decisiones; identificar antagonismos mediante la coordinación transversal entre todas las dependencias de la Administración Pública Federal y entre los tres órdenes de Gobierno: Federal, estatal y municipal…. unirnos en nuestra diversidad. Juntos hacemos más.

* El autor de esta colaboración es General de División Diplomado de Estado Mayor y Maestro.