La seguridad nacional es la condición que tiene como objeto y fin el individuo, atendiendo las múltiples causas que lo afectan, mediante acciones coordinadas de defensa, desarrollo y diplomacia; el fin último de nuestra seguridad nacional es “garantizar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano”.
El ciudadano mexicano, por su parte, está sujeto a un orden jurídico que norma su comportamiento, con “respeto absoluto” a sus libertades, “debiendo ser garantizadas y respetadas” por el Gobierno democráticamente constituido.
Nuestro marco jurídico asigna a la seguridad nacional la tarea de proteger al ciudadano de las amenazas y riesgos que enfrente el país, mantener la soberanía, independencia y defensa del territorio; “conservar el orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas de Gobierno (poderes independientes y organismos autónomos)”; mantener la unidad de las partes integrantes de la Federación (respetando tanto su soberanía y libertad estatal como su libertad municipal); defender el Estado mexicano de otros estados o sujetos de derecho internacional; preservar la democracia mediante el desarrollo económico, social y político del país y sus habitantes.
El viernes 9 de octubre pasado se realizó en CDMX una reunión de alto nivel entre MEX-EUA adoptando el “Acuerdo Bicentenario para Seguridad”, texto bien trabajado, que atiende los principales factores de nuestra inseguridad, reflejando una tarea de coordinación diplomática que atiende principios de diagnóstico, planeación y tiempos administrativos, respetando el interés nacional mutuo, agregándose a los compromisos bilaterales del mes de septiembre sobre economía.
La suma de las acciones establecidas en ambos convenios es:
En el ámbito de la prosperidad: “fomentar el crecimiento y desarrollo de la economía, la creación de empleo, la competitividad global, así como la reducción de la pobreza y la desigualdad en nuestro país”.
En cuanto a la seguridad, “recuperar la salud pública del consumo de drogas, comunidades seguras, reducir homicidios y delitos de alto impacto; prevenir delincuencia transfronteriza asegurando modos de viaje y comercio, reducir tráfico de armas, cadenas de suministro ilícitas y tráfico ilegal de personas; desmantelar redes criminales vinculadas a financiamientos ilícitos, fortalecer la seguridad y justicia”.
Actualmente tenemos tres compromisos internacionales vigentes, uno en la ONU, otro en la OEA y uno más en el TMEC (MEX-EUA-CANADA).
Con la ONU: El 25-septiembre-2015 en Nueva York, más de 150 líderes mundiales aprobaron el documento “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, adoptado por los 193 Estados miembros, considerando 17 objetivos cuyo fin es “acabar con la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede atrás para el 2030”.
Con los países de la OEA: La “Declaración de Seguridad de las Américas” del 28-octubre-2003 en CDMX, México, establece que “nuestra nueva concepción de la seguridad en el Hemisferio es de alcance multidimensional incluyendo las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas, preocupaciones y otros desafíos a la seguridad de los Estados del Hemisferio; incorpora las prioridades de cada Estado; contribuye a la consolidación de la paz; desarrollo integral y justicia social, basándose en valores democráticos, el respeto, promoción y defensa de los derechos humanos, la solidaridad, cooperación y acatamiento a las soberanías nacionales”; y
Con el T-MEC: entre EUA-MÉXICO-CANADÁ, acuerdo que surge para sustituir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado el 17 de diciembre de 1992, cuyo objetivo sigue siendo facilitar el comercio exterior entre México, Estados Unidos y Canadá.
Para atender estos compromisos, “en su momento”, los programas sectoriales de nuestros planes nacionales de desarrollo fueron ajustados a los nuevos criterios de aplicación y coordinación multidimensional atendiendo los diversos factores que impactan los ámbitos político, económico, social, cultural, técnico y científico; así como la actualización de nuestra Ley de Seguridad Nacional, “concepto que prevalece en las tres modificaciones realizadas en la actual administración”.
Como se observa, los últimos acuerdos con EUA consideran los mismos objetivos de estos tres compromisos, incluyendo acciones específicas para corregir el deterioro significativo en temas internos que requieren atención inmediata.
Regresando a la congruencia con la vertiente exterior de nuestra seguridad nacional (diplomacia) al atender “formalmente” los compromisos multilaterales globales (ONU), regionales (OEA), trilaterales MEX-EUA-CANADA (T-MEC) y Bilaterales (MEX-EUA); impactando positiva y directamente la vertiente interior (defensa y desarrollo), por la coordinación y apoyo de nuestro vecino del norte en temas quebrantados que impactan los intereses nacionales de ambos países.
* El autor de esta colaboración es General de División Diplomado de Estado Mayor y Maestro.